Para la economía global, la relevancia y el impacto de las startups y empresas de capital cerrado, se han vuelto cada vez más evidentes. Estas entidades, situadas en la vanguardia de la innovación, son esenciales para impulsar la diversificación económica y crear una amplia gama de oportunidades de empleo. En el dinámico panorama geoeconómico actual, la necesidad de cultivar y promover estos negocios es más crucial que nunca.
México se encuentra en una posición estratégica para enfrentar los retos económicos globales actuales. La futura presidenta Claudia Sheinbaum ha enfatizado que, a pesar de la integración económica mundial y las recientes caídas en los mercados financieros, las finanzas y economía de México se mantendrán sanas. Esta resiliencia se debe en gran medida a la inversión pública, la inversión privada, una política fiscal robusta y un correcto manejo de la deuda. Estos factores han permitido que México esté preparado para resistir externalidades negativas derivadas de la incertidumbre y las caídas en los mercados internacionales, destacando la importancia de continuar con la diversificación de la economía robusta nacional y no estar sobreexpuestos a los mercados internacionales. Sin duda, el reciente “Lunes negro” en las bolsas de valores globales, es un recordatorio de la volatilidad inherente a la economía del mundo.
En este escenario, la agilidad y capacidad innovadora de las startups son fundamentales para el avance tecnológico y la creación de nuevos sectores. Su contribución al dinamismo económico es innegable, particularmente en la creación de empleo dentro de las industrias tecnológicas y de servicios. La actividad económica que generan actúa como un contrapeso contra la inmovilidad de los sectores tradicionales, aumentando la resiliencia nacional frente a las fluctuaciones económicas globales.
En 2024, el ecosistema de Startups en México sigue prosperando, impulsado significativamente por la actividad en grandes centros urbanos como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Estas ciudades se han establecido como epicentros para las iniciativas emprendedoras, atrayendo una gran cantidad de inversionistas, incubadoras y aceleradoras. México ha emergido recientemente como un líder en innovación y emprendimiento en América Latina y por ello, se debe privilegiar este sector como una de las prioridades de política económica para el desarrollo.
El nearshoring, o la relocalización de cadenas de suministro más cerca de los centros de consumo, definitivamente presenta una oportunidad significativa para la industria pesada y las manufacturas en México. Sin embargo, no debemos perder de vista que la innovación y las startups también pueden ser una palanca fundamental para el desarrollo del país. Las inversiones extranjeras en el sector emprendedor no solo diversifican la economía, sino que también fomentan la creación de empleo y el desarrollo de nuevas tecnologías. La apuesta exclusiva por el nearshoring de manufacturas puede ser un riesgo en un panorama global complejo y volátil. Es crucial no depender exclusivamente de un solo sector y diversificar las fuentes de crecimiento económico. Las startups y la innovación ofrecen esa diversificación necesaria, asegurando que México pueda adaptarse y prosperar a pesar de las incertidumbres globales.
Al mirar hacia el futuro del sector de la innovación, es evidente que, aunque se han hecho avances significativos, aún quedan numerosos desafíos por delante. Países como México han demostrado su potencial como líderes globales en el fomento de ambientes emprendedores, pero es necesario un desarrollo continuo para aprovechar plenamente estos avances. Mejorar los marcos regulatorios, expandir el acceso al capital, integrar la educación emprendedora en todos los niveles, fomentar la colaboración internacional y el desarrollo de clusters de innovación concentrando recursos, talento e infraestructura en áreas designadas son críticos y urgentes para crear un entorno más propicio para las startups en el país.
Abordar estas áreas puede mejorar el papel de las iniciativas emprendedoras en la contribución a la resiliencia y prosperidad económica. El camino por delante implica un esfuerzo colaborativo de todos los actores para crear un entorno próspero donde la innovación se nutra y se apoyen las nuevas empresas para competir a escala global. Esto no solo mejora el perfil económico nacional, sino que también asegura que nuestra economía sea robusta y esté preparada para enfrentar los desafíos venideros.
Escrito por: Victor J. López Martínez.
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